Como expertos en seguridad, sabemos que la prevención no empieza con un dispositivo, sino con un cambio de mentalidad.
Aquí te presentamos los 5 errores más comunes que facilitan un robo… y cómo evitarlos de forma sencilla y eficaz. La mayoría de los robos en viviendas no se producen por falta de dispositivos, sino por exceso de confianza y malos hábitos.
1. Esconder una llave fuera de casa
Bajo la alfombra, en una maceta o en la típica piedra hueca.
Los ladrones conocen todos esos trucos.
Alternativa segura: deja una copia a una persona de confianza o usa una caja fuerte homologada con código.
2. Publicar tus vacaciones en tiempo real
Subir fotos desde la playa o etiquetar tu ubicación durante un viaje es una invitación directa para que sepan que no estás en casa.
Consejo: publica cuando ya estés de vuelta.
3. Puertas o ventanas mal cerradas
Parece una obviedad, pero es uno de los fallos más comunes. En más del 30% de los robos no hay signos de forzamiento porque simplemente el acceso no estaba bien cerrado.
Esto incluye:
- Balcones en altura (a menudo olvidados)
- Garajes con puertas interiores sin cierre
- Ventanas abatibles en modo ventilación
- Puertas traseras o de terraza con cierres débiles
Recomendación: haz una revisión habitual de todos los accesos, incluso si solo sales por unas horas. Y asegúrate de que cada cerradura esté totalmente accionada.
4. Falta de iluminación en los accesos
Una casa oscura por la noche es un objetivo fácil.
Solución: instala iluminación automática con sensor de movimiento, especialmente en entradas y zonas traseras.
5. Confiar en puertas sin certificación de seguridad
Muchas puertas que se anuncian como “blindadas” o “de seguridad” no cumplen ninguna norma técnica que garantice su resistencia real ante un intento de intrusión.
La única manera de saber si una puerta está realmente preparada es comprobar si cuenta con certificación oficial (por ejemplo, UNE-EN 1627).
Sin esta garantía, una puerta puede ceder fácilmente ante un ataque con herramientas básicas como una palanca.
Recomendación: consulta con un especialista y verifica el nivel de resistencia de tus accesos principales.
En resumen
Evitar un robo no siempre requiere una gran inversión.
Muchas veces, basta con corregir hábitos, reforzar puntos clave y pensar como lo haría alguien que busca una oportunidad.
Piensa:
- ¿Qué ve un ladrón cuando observa tu casa desde fuera?
- ¿Qué acceso le resultaría más fácil?
- ¿Qué señales estás dejando sin darte cuenta?
La prevención es el primer muro de defensa.
Y la mejor seguridad no se ve… pero se nota.